Después de los tiroteos ocurridos en Alemania en marzo de este año el ambiente aún está tenso en el país europeo, con ciertos sectores de la sociedad exigiendo una respuesta a qué causó que Tim Kretschmer, un joven sin historia criminal, decidiera matar a 16 personas (incluyéndose). Como siempre, los videojuegos parecen ser el chivo expiatorio perfecto, especialmente porque Tim había estado jugando Far Cry 2 la noche anterior al incidente. En base a esto, los 16 ministros del interior de Alemania han acordado pedir al Bundestag (Cámara Baja del Parlamento alemán) una prohibición absoluta en la producción y distribución de videojuegos considerados violentos, lo que bajo su lógica ayudaría a disminuir los índices de violencia. Los ministros esperan que la medida se pueda aprobar antes del 27 de septiembre, día en que se celebrará la elección del nuevo Bundestag, y de conseguirse esto obligaría no sólo a los jugadores alemanes a jugar Barney Hide n’ Seek de ahora en adelante, sino que también le daría serios problemas a desarrolladores como CryTek, con sede en Alemania y creadores de Cryisis, que no es precisamente pacífico.
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