Para los cientos de miles de habitantes de Second Life la consigna solía ser "todo vale", pero a partir de ahora la permisividad total estará limitada a un continente apartado del resto de este popular mundo virtual. Second Life, un universo en Internet que es prácticamente una economía paralela, se convirtió en la niña bonita de Silicon Valley hace un par de años, pero su popularidad está ahora eclipsada por redes sociales como Facebook o fenómenos como Twitter.
Linden Lab, su creadora, comunicó que trasladará todas las actividades de "contenido adulto" a un continente exclusivo, algo así como un "barrio rojo" dentro del... mundo virtual. Aquellos usuarios que hayan adquirido propiedades privadas dentro de Second Life podrán seguir haciendo en ellas lo que quieran, aunque tendrán que advertir de ello al resto de la comunidad. Los que no dispongan de propiedad privada serán invitados a trasladar sus "actividades adultas" al nuevo continente, señalaron fuentes de Linden Lab, que añadieron que los cambios empezarán a aplicarse en junio.
Los habitantes del mundo virtual tendrán también más opciones para bloquear contenidos considerado para adultos de sus búsquedas dentro de Second Life... o bien obtener sólo resultados relacionados con estos contenidos si así lo desean. Aunque la página ha sido siempre para mayores de 18 años, Linden Lab será además más estricto con los procedimientos de verificación para asegurarse de que todo aquel que accede es realmente mayor de edad.
El reclamos sexual
La medida será sin duda del agrado de empresas y organizaciones que utilizan Second Life como plataforma de marketing y que no quieren ser asociadas con actividades subidas de tono. La posibilidad de sexo virtual es un importante reclamo para muchos usuarios de Second Life, una red social que permite disfrutar de una vida paralela transformándose en un avatar con el aspecto y los atributos físicos que siempre habíamos soñado.
La compañía necesita ser cuidadosa para no alienar a buena parte de su clientela con medidas demasiado puritanas y, a la vez, atraer a más usuarios del mundo corporativo. Cyn Skyberg, vicepresidenta de relaciones con el cliente de Linden Lab, reconoció que los cambios serán bien recibidos por empresas y educadores "porque permitirá tener más control sobre las cosas que experimentas".
La caída de Second Life
Hace dos o tres años Second Life ocupaba titulares casi cada semana y numerosas empresas decidieron usarla como plataforma de marketing abriendo delegaciones o sucursales en el mundo virtual o bien organizando actividades para sus habitantes. Sin embargo, Second Life ha recibido mucha menos atención recientemente y en estos meses parece que sólo se habla de Facebook y Twitter y de su imparable crecimiento en número de usuarios. Facebook es ya una pequeña nación con 200 millones de miembros y Twitter ha alcanzado los 10 millones. En comparación, Second Life tiene unos 800.000 "residentes" estimados.
Tras la euforia inicial, muchas empresas que antes querían tener a toda costa presencia en el mundo virtual han abandonado discretamente este paraje en los últimos años para concentrarse en el universo real. Algunos medios como la agencia de noticias Reuters llegaron, incluso, a tener un corresponsal en Second Life, pero esta persona ha sido relegada a otras tareas menos virtuales. Fuente
Linden Lab, su creadora, comunicó que trasladará todas las actividades de "contenido adulto" a un continente exclusivo, algo así como un "barrio rojo" dentro del... mundo virtual. Aquellos usuarios que hayan adquirido propiedades privadas dentro de Second Life podrán seguir haciendo en ellas lo que quieran, aunque tendrán que advertir de ello al resto de la comunidad. Los que no dispongan de propiedad privada serán invitados a trasladar sus "actividades adultas" al nuevo continente, señalaron fuentes de Linden Lab, que añadieron que los cambios empezarán a aplicarse en junio.
Los habitantes del mundo virtual tendrán también más opciones para bloquear contenidos considerado para adultos de sus búsquedas dentro de Second Life... o bien obtener sólo resultados relacionados con estos contenidos si así lo desean. Aunque la página ha sido siempre para mayores de 18 años, Linden Lab será además más estricto con los procedimientos de verificación para asegurarse de que todo aquel que accede es realmente mayor de edad.
El reclamos sexual
La medida será sin duda del agrado de empresas y organizaciones que utilizan Second Life como plataforma de marketing y que no quieren ser asociadas con actividades subidas de tono. La posibilidad de sexo virtual es un importante reclamo para muchos usuarios de Second Life, una red social que permite disfrutar de una vida paralela transformándose en un avatar con el aspecto y los atributos físicos que siempre habíamos soñado.
La compañía necesita ser cuidadosa para no alienar a buena parte de su clientela con medidas demasiado puritanas y, a la vez, atraer a más usuarios del mundo corporativo. Cyn Skyberg, vicepresidenta de relaciones con el cliente de Linden Lab, reconoció que los cambios serán bien recibidos por empresas y educadores "porque permitirá tener más control sobre las cosas que experimentas".
La caída de Second Life
Hace dos o tres años Second Life ocupaba titulares casi cada semana y numerosas empresas decidieron usarla como plataforma de marketing abriendo delegaciones o sucursales en el mundo virtual o bien organizando actividades para sus habitantes. Sin embargo, Second Life ha recibido mucha menos atención recientemente y en estos meses parece que sólo se habla de Facebook y Twitter y de su imparable crecimiento en número de usuarios. Facebook es ya una pequeña nación con 200 millones de miembros y Twitter ha alcanzado los 10 millones. En comparación, Second Life tiene unos 800.000 "residentes" estimados.
Tras la euforia inicial, muchas empresas que antes querían tener a toda costa presencia en el mundo virtual han abandonado discretamente este paraje en los últimos años para concentrarse en el universo real. Algunos medios como la agencia de noticias Reuters llegaron, incluso, a tener un corresponsal en Second Life, pero esta persona ha sido relegada a otras tareas menos virtuales. Fuente
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